VI CIRCULO DE ESTUDIO
Rancho Grande, 8, 9 y 10 de Marzo del 2012
Alejo R. Siso
Una nueva jornada de formación de maestros y maestras Rodriguean@s y Revolucionari@s se ha llevado a cabo en los alrededores de la gran montaña conocida ancestralmente como “El Gran Azul”, en la estación biológica de Rancho Grande, a unos pocos kilómetros de la comunidad del Limón, Maracay-Edo.Aragua, en donde se abrieron debates y lecturas sobre el hecho comunicacional, asi como también se vieron videos y cortometrajes relacionados con la guerra mediática impuesta por las corporaciones de la información y de la hegemonía y el totalitarismo del libre mercado.
El encuentro en torno a este VI circulo de estudio sirvió para el análisis de las técnicas y el uso de la psicología y la manipulación de las percepciones, como uno de los pilares fundamentales de las corporaciones mediáticas para fabricar matrices de opinión, criminalizar líderes sociales, procesos emancipatorios, desfigurar la realidad, destruir el tejido social, derrocar gobiernos y engañar sociedades, como parte de toda una trama y ofertas de agencias internacionales con el fin de vender campañas publicitarias que cuentan con sus repetidoras o difusoras internas, locales, como ramificaciones de los mensajes pensados y preparados en laboratorios de guerra sucia y comercial, que responden únicamente a los intereses neocoloniales del capital transnacional.
En las sucesivas experiencias de agresiones e invasiones imperialistas recientes, la guerra mediática antecede a las invasiones directas, en donde organismos internacionales como la ONU suelen legitimar bombardeos, embargos y genocidios que ejecutan las grandes potencias del “mundo desarrollado” bajo las decisiones de las elites políticas y económicas de aquellas sociedades; incluso, el mantenimiento sostenido y permanente de un conflicto en el cual los pueblos se sienten avasallados por una industria cultural y de entretenimiento de masas, de consumo y banalización masivos, junto a la tarea diaria de difamaciones, estratagemas y confusión que establecen de manera criminal los grandes dueños y jerarcas de la economía global, que imponen una de las más terribles guerras psicológicas sobre poblaciones enteras, con el fin de destruir culturas, pueblos y colectividades, que para ellos son obstáculos para el dogma neoliberal del libre mercado y el libre paso de las mercancías.
En este contexto la Revolución Bolivariana se enfrenta a un poder mediático que exige de la participación del pueblo venezolano en las políticas comunicativas integrales y efectivas, ya que la responsabilidad dejada al Estado ha mostrado ser insuficiente y muchas veces contradictorias con el Proceso Revolucionario que se gesta en Venezuela, Revolución que ha inspirado a todo un continente, siendo actualmente junto a otras propuestas libertarias y antisistémicas, una referencia frente a la locura imperialista que amenaza globalmente a todos.
Frente a la problemática que vivimos, desde nuestras realidades cotidianas reflexionamos en las posibles acciones a tomar en cuenta, ya que venimos arrastrando fallas y deficiencias comunicativas, que favorecen a los sectores fascistas de oposición que juegan al derrocamiento de todo lo que hasta ahora se ha venido avanzando socialmente gracias a la Revolución Bolivariana y al liderazgo de Chávez.
¿Cuál es el discurso y el argumento que debemos construir y difundir como pueblo, en base a estos 13 años de experiencia Revolucionaria?¿Cuál es la estrategia comunicativa que debemos asumir nosotros? Son algunas de las preguntas generadoras que se dejaron sobre la mesa a modo de autocrítica para desarrollar a partir de ese análisis y debate, una comunicación asumida desde abajo para el fortalecimiento y la defensa del Proceso Bolivariano.
Una de las claves de la comunicación popular y alternativa efectiva y liberadora del pueblo venezolano se encuentra en los hechos históricos de la rebelión y el movimiento telúrico que se despertó un 27 de Febrero, un 13 de Abril, momentos en los cuales la Oligarquía y todo su poder mediático no sirvieron de nada para detener el vendaval revolucionario.
Pensar la comunicación que debemos construir y difundir es una necesidad, y la experiencia nos ha demostrado que no puede limitarse a una sola persona o a un grupito, ni a unas cuantas televisoras y radios, que aún en manos del Estado solo se abocan a desmentir los ataques opositores, privándose de comunicar lo transcendental, lo realmente efectivo, el mensaje que refleje las construcciones revolucionarias del pueblo y los logros que se han alcanzado colectivamente. La comunicación entonces se vuelve una tarea que tiene que asumir masivamente el pueblo venezolano ante la incapacidad del mismo Estado ante tan colosal adversario que lo rebaza en poder de fuego, es una tarea que debe contar con el máximo apoyo y financiamiento del gobierno bolivariano ante la gravedad de la debilidad comunicativa, que suele limitarse erróneamente en meras propagandas y consignas coyunturales que se desvanecen, dejando grandes contradicciones discursivas e incoherencias programáticas.
